La artesanía en la fabricación de tambores de Yanshi

El tambor es un instrumento musical indispensable en toda celebración china que se precie, a lo largo y ancho del país. La fabricación artesanal de los tambores de Yanshi, en la provincia de Henan, es especialmente valorada.

Un reportaje deYvonne

Zhang Zhanqing, de 61 años, es un maestro artesano de estos apreciados instrumentos musicales. En julio de 2005, el señor Zhang y cinco de sus colaboradores fueron invitados a Shandong para trabajar a puerta cerrada durante 23 días. Su misión: fabricar 10 tambores de 3 metros de diámetro y 1.5 metros de altura. En el proceso artesanal de creación de un tambor no hay reglas fijas sobre cuántas piezas de madera son necesarias o qué tamaño debe tener cada pieza, se trabaja mediante técnicas adquiridas por la experiencia. En el momento de ensamblar las diferentes partes del tambor, es necesaria una minuciosa técnica a fin de asegurar que todas las partes de madera estén bien unidas y herméticas, pues de lo contrario el timbre del tambor se verá afectado.   

La fabricación de la membrana es otra etapa importante durante la que normalmente se utiliza piel bovina. Para poder elaborar la membrana, primero hay que tratar la piel. Esta etapa del proceso exige aplicar la fuerza justa, ya que si se ejerce demasiada la piel se puede perforar y, si no se presiona suficiente, no se podrá raspar y ello afectará al sonido. Esta es una técnica complicada para quienes no cuentan con años de práctica y experiencia. Después del tratamiento, la piel se queda seca y debe ponerse a remojo antes de montarla en el tambor, para que sea flexible y resistente y, por consiguiente, más fácil de extender alrededor de la caja.

“Quienes habitan en el sur de China prefieren los tambores con sonidos graves y sordos mientras en el norte prefieren los tambores con sonidos claros y agudos”. Fruto de sus muchos años de experiencia, un fabricante de tambores conoce a la perfección las diferencias y costumbres. Sin embargo, cada vez son más difíciles de encontrar quienes se dedican a esta maestría artesana. “Es un oficio ingrato y tedioso, pocos jóvenes quieren dedicarse a ello. Afortunadamente, mi hijo ya puede tomar el relevo”, dice Zhang Zhanqing mientras observa orgulloso como su sucesor fabrica un tambor a tan solo unos metros.

Fuente: Revista Instituto Confucio